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Por: Becker Márquez Bautista
Amigo lector. En sociedades como la nuestra, en donde la corrupción es muy alta, es difícil incentivar la integridad de nuestros gobernantes y sus funcionarios. En los últimos años, nuestra nación ha pasado por un proceso de deterioro y descrédito por el comportamiento de quienes nos desgobiernan.
Los ciudadanos pierden el interés de estado, ya no hay deseo de ir a servir a nuestro pueblo. Lo que está primando, es conseguir acceso privilegiado y buenas relaciones con el presidente de turno, y asi asegurarse la protección de sus intereses individuales, aunque sea en detrimento de nuestro país.
Por esta razón, hay un grupito que ya se va preparando para el proceso electoral del 2024. Realizar una política a base de intercambios clientelares; agenciarse apoyos políticos a base de dádivas, etc. Con miras a mantener ese acceso privilegiado a los recursos públicos y asi enriquecer más a su entorno.
Con estas conductas, el resto de dirigentes politicos no vamos a ser necesarios. Nos denostaran, invirtiendo en recursos, he intentarán imponer sus ideas para lograr sus objetivos y, poder así garantizar su permanencia en los poderes públicos para su bien propio y el de sus familias. Nada ha cambiado. En Embajadas y Consulados además no se actúa sobre reglas equitativas apoyando a aquellos dirigentes que trabajamos por el partido en busca del voto e incluso con nuestros propios recursos.
Muchos ciudadanos nos entregamos en cuerpo y alma, arriesgamos nuestras vidas en plena pandemia y trabajamos con la ilusión y la creencia en el cambio que se ofrecía, apoyamos al presidente Luis Abinader y al Partido Revolucionario Moderno (PRM). Sumamos voluntades a favor del cambio con el objetivo de generarlo. Dicho trabajo político lo hicimos para vencer la arrogancia y la prepotencia en las oficinas gubernamentales (consulares), pero reconozco que fracasamos en el intento. Como dije anteriormente en los consulados se continúa con las prácticas del pasado, o quizás peor, brindando un mal servicio a los ciudadanos.
Estamos claro que se requiere de una intervención urgente a todos los consulados, que el sistema de recaudación pase directamente al fisco dominicano, que se le regularice el sueldo a los cónsules y que rindan cuentas sobre el dinero recibido por el Ministerio de Relaciones Exteriores por la dotación. Pero nunca jamás debemos permitir el maquillaje (privatizar los servicios), ese planteamiento refleja el fracaso de las autoridades y de su supuesto proyecto de profesionalización.
Hoy me sorprende la actitud de algunos dirigentes políticos. Ahora se afanan en integrarnos a una supuesta "lista negra" por el simple hecho de no hacer causas común con sus comportamientos. Me apena bastante que les hagan la vida imposible a sus propios compañeros.
Y yo me pregunto, ¿ y con quienes van a trabajar o buscar los votos en el 2024?.
Continuará…
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